jueves, 29 de enero de 2009

SESION DE CATECISMO

¿CÓMO PREPARAR UNA CATEQUESIS?

A todos nos ha ocurrido que, al llegar al grupo de catequesis, de repente nos tiemblan las piernas, no nos sale la voz, se nos olvida lo que queríamos decir, etc., son pequeñas cosas que no deben desmotivarnos. Dar una catequesis es menos complicado de lo que parece.
Iniciar a los demás a la vida cristiana ha sido una práctica de la Iglesia a lo largo de toda su historia y han sido, en la mayoría de los casos, cristianos sencillos, los que han comunicado a otros la fe recibida, de manera competente y fructífera. Así que no te desanimes, todos estamos llamados a catequizar siendo humildes, sencillos y poniéndonos al servicio del Señor, confiando en que es Él quien hace crecer la semilla que plantamos.



Para dar una catequesis existen muchos métodos, sería demasiado extenso describir todos ellos. Para unificar un poco la metodología del catequista salesiano, a continuación encontrarás algunos criterios que seguramente serán útiles.
Preparar una catequesis es, ante todo, no improvisar:
¿Qué tema toca hoy? ¡Ah, sí, ya me acordé! , y empezamos a titubear y decir lo primero que se nos ocurre del tema.
Preparar tampoco es precipitar: una lectura rápida del texto cinco minutos antes, un ir pensando alguna actividad mientras voy de camino hacia la catequesis, la preocupación de lo que me pasó horas antes, llegar al grupo con el tiempo justo y, ¡Bueno, ya me voy!, hasta la próxima.

Preparar una catequesis requiere TIEMPO, DEDICACIÓN,ENTREGA,COMPROMISO, SINCERIDAD para reconocer mis limitaciones de todo tipo.

Criterios para la preparación de una catequesis:

1 Empezar por la experiencia del Catequizando:

Debemos sensibilizarnos con la experiencia personal, humana del catequizando (o del grupo de catequesis): la vida concreta que está viviendo y que tiene importancia para él y por lo tanto para mí: ¿qué le afecta?,¿ qué le impacta?
No se trata de partir de la experiencia personal del catequista.
Es importante conocer también el marco socio-económico y cultural en el que se desarrolla el catequizando. No podemos hacer una catequesis olvidándonos de estas situaciones reales por las que pasa el catequizando.

El estudio de las características sociales, culturales, políticas, debemos hacerlo en los lugares que frecuenta al catequizando:
 la familia: economía familiar, profesión de los padres, religión de la familia, situación que ocupa el catequizando en casa con respecto a los hermanos, etc.
 la escuela: principalmente en catequesis extraescolar nos interesa saber ¿qué clase de religión recibe el niño en la escuela o colegio?. Luego debemos cuestionarnos si nuestra catequesis va en la línea de la Educación Religiosa que recibe el niño en la escuela.
 el barrio o localidad: es importante saber si el barrio es rural, ambiente urbano, céntrico o periférico, obrero o burgués, etc.;
 la parroquia: ¿las actividades de la parroquia y comunidad cristiana avalan la catequesis que estamos impartiendo en la misma parroquia?

Después se ayuda al catequizando a profundizar en su experiencia (buscar sus causas, sus consecuencias), a que la relacione con lo que les pasa también a otros.
Esa experiencia humana, esa parte de la vida humana es la que se ilumina y transforma con el Mensaje.

2 La Experiencia es vista a la luz del evangelio:

La experiencia del catequizando es importante para él, pero también es importante para Dios, para Cristo. En este paso ayudamos al catequizando a descubrir la significación cristiana de su experiencia concreta, es decir: la presencia-ausencia de Dios en esa experiencia: un Dios que ama al Catequizando, que quiere encontrarlo en su propia vida, que lo llama, lo juzga, lo salva. La luz del Evangelio algunas veces iluminará nuestra experiencia, otras veces la criticará, la juzgará; otras veces nos acusará, invitará, despertará, empujará. Debemos provocar en la catequesis el encuentro del catequizando con Dios, encuentro que lleva al catequizando a convertirse, a vivir como vivió Jesús, como quiere Dios.


3 La respuesta desde la experiencia de fe:

La vivencia de la fe, de la conversión, no llega a ser parte vital de la persona si no se expresa, se exterioriza.
Así, haciendo suyo el Mensaje, el catequizando vive las mismas experiencias de las que ha partido la Catequesis, pero de una forma cristiana.

La exteriorización de la fe puede darse por medio de:
- Actividades
- Celebraciones
- Compromisos

Actividades tales como: dibujos, diapositivas,fotos,
representaciones, carteles, murales, cantos, trabajos en equipo, investigaciones, visitas,etc.; se trata de buscar actividades que expresen lo mejor posible el sentir de los catequizandos, el significado cristiano de su experiencia.

Se celebra la experiencia por medio de oraciones, cantos, celebraciones litúrgicas, que digan, proclamen, “celebren” lo que se quiere vivir.

El catequizando se compromete (según su edad, capacidad, nivel de maduración de su fe) a vivir cristianamente. Es el aspecto fundamental de la sesión de catequesis.
Momentos en la Catequesis:

• Conexión: La Catequesis nunca debe darse a base de “llego, digo, hago callar y me voy” Se supone que llevo la sesión preparada, pero antes de decir lo que toca en ese día, tengo que esforzarme por conectar con los del grupo, por ver e intuir ¿cómo está hoy el grupo? de niños, jóvenes o adultos; debo estar consciente de la realidad: conecto con lo que se hizo el último día.
• Transmisión: La catequesis es un anuncio de los acontecimientos de salvación vividos como pueblo y en la historia; realizados en la Iglesia. El mensaje, la buena nueva, no puede inventarse ni cambiarse; exige una transmisión fiel. Que no sean catequesis sin contenido, con muchas palabras que no dicen nada, con abundancia de gestos insignificantes.
• Reacción: No todos los temas ni todas las sesiones tienen la misma intensidad, pero si hablamos, profundizamos en el mensaje y vemos que no llega a los catequizandos, que no se ve la connversión al Evangelio... es que falta algo, ahí no hay catequesis.

• Comunicación: Debe existir diálogo fraterno entre catequista y catequizando, para que la catequesis pueda ser vida. En la catequesis todos son interlocutores.

• Celebración: Que lo expuesto, descubierto, comunicado, vivido, no quede en conocimiento o sentimiento. Debe celebrarse. Sea grito, sea canto, sea oración, que la catequesis vivida culmine en realidad celebrada.

Desarrollo de la sesión de catequesis:

a) Es importante aclarar que la programación de la catequesis no es algo estático: toda la programación debe ser:

-Flexible: no todo lo que se prepara tiiene que salir tal y como lo habíamos pensado; hay que dar un cierto margen a la creatividad del catequizando.
-Con unidad: todos los apartados deben elaborarse siguiendo una misma línea y en función de los mismos objetivos.
-Continua: Cada sesión debe guaardar relación con la anterior y con la siguiente.
-Adecuada a la realidad: para lo cual ees importante el conocimiento del catequizando y su contexto.

b) Para la reunión de la catequesis es importante que se observen varios aspectos:

-El catequista es un colaborador del grrupo, que ilumina y enriquece con su experiencia.

-La hora, el lugar y la puntualidad dell grupo son aspectos a tener en cuenta para que la asistencia a la catequesis sea regular. Si la catequesis no se hace de una forma atrayente para el catequizando, posiblemente a las dos semanas el grupo se haya reducido y al poco tiempo desaparecido, con la consiguiente desmotivación del catequista.

-El catequista debe ejercer el control del grupo; es el animador que interviene en los momentos cruciales de la reunión. El resto del tiempo son los catequizandos los propios protagonistas.

c) Las aplicaciones de juegos y técnicas, de dinámicas de grupo son importantes para hacer la reunión más dinámica y amena. Posiblemente se aprenda más, ya que favorecen la participación del catequizando.

Es importante nuestro papel motivador como catequistas. Motivar es hacer que el catequizando se interese por el tema que vamos a tratar. Para motivarlos se puede hacer alguna experiencia al principio de la reunión en la que participen todos, o un juego del que se saquen consecuencias prácticas (no jugar por llenar espacios vacíos).
Los aspectos anteriores sumados a la experiencia particular del catequista, ayudarán a que la preparación de la sesión de catequesis dé los resultados esperados.





Unas preguntas claves
Para darte una idea de lo que debes tomar en cuenta al organizar la catequesis, presentamos algunos interrogantes:
 ¿A qué destinatarios estamos llamados a catequizar? ¿En qué situación viven? ¿Cuál es su condición personal?
 ¿Cuál (es) objetivo (s) corresponden a la realidad de los catequizandos?
 ¿Qué experiencias educativas son positivos y eficaces para la transmisión de la Palabra en la catequesis?
 ¿Cómo organizar esta experiencia (secuencia de aprendizaje, unidad,...) en vista a los objetivos fijados?
 ¿Cómo verificar si los objetivos, experiencias y metodología utilizados son válidos?

CUESTIÓNATE:
• ¿Conozco la realidad de los niños y jóvenes entre los cuales realizo mi trabajo catequístico?
• ¿Tengo claramente definidos los objetivos que deben prevalecer en la actividad catequética?
• ¿Selecciono el método adecuado para la catequesis?
• ¿El método que he empleado hasta hoy, en qué me ha ayudado? ¿En qué ha desfavorecido?
• ¿Adapto los objetivos, contenidos y metodología, a la realidad de los destinatarios?
• ¿Creo que la evaluación es importante? ¿Por qué?
• ¿En qué puede ayudar la evaluación de la catequesis?

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